Vicente Rebollo, ecónomo de la Archidiócesis de Burgos, asegura que la relación con Icomos – la organización no gubernamental asociada con la UNESCO- es “buena y ha mejorado mucho”. El proyecto de las nuevas puertas de Antonio López para la Catedral de Burgos ha experimentado algunas modificaciones que no se reflejaban en el informe inicial, en el que se basó el organismo para desaconsejar el cambio. Ahora, el Cabildo de la Catedral y el Arzobispado han abierto líneas de diálogo para avanzar y adecuarse a los requisitos necesarios para cambiar el dictamen inicial.
Esos contactos avanzan “por el buen camino”, confirma Vicente Rebollo: “ el pasado martes 6 de abril hablamos con la UNESCO directamente. Les trasladamos nuestro interés en presentar el proyecto a fondo porque lo que ellos han podido conocer era muy antiguo y esto ha evolucionado. Les pareció bien y estamos emplazados a seguir dialogando, a seguir madurando este proyecto hasta que ICOMOS lo vea positivo”.
Rebollo destaca también que en la Archidiócesis son muy conscientes de que “ser Patrimonio de la Humanidad hace que tengamos una obligación de cuidarlo. Evidentemente, nosotros no queremos ir en contra de la legislación, de la normativa con la que se comprometió la Catedral y el Estado español».
Ha llegado la hora del cambio por razones religiosas, artísticas y por el momento histórico. Se celebra el VIII Centenario de la Catedral, las puertas actuales «no tienen ningún valor patrimonial ni artístico, tampoco histórico» y el objetivo es devolver a la fachada el contenido original gótico: « tenía un mensaje, un lenguaje, que es siempre lo que buscan las catedrales y estas puertas nuevas van a tener un lenguaje religioso para enriquecer la vida de las personas», apunta Rebollo.
Burgos se beneficiará de una obra del artista Antonio López. “Será un reclamo turístico y eso va a contribuir a que la ciudad mejore, a que la economía social mejore”, afirma. “Eso también nos motiva en este proyecto, que sigue en pie».
